Se estima que la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica afectan en España a más de 1.200.000 personas, la mayoría mujeres.

El síndrome de Fatiga Crónica es un trastorno complejo caracterizado por una fatiga extrema que afecta tanto al desarrollo de las actividades profesionales, domésticas como a la capacidad intelectual. Al tratarse de una enfermedad crónica, la sintomatología persiste a lo largo de los años y aunque puede mejorar, no se han descripto casos de curación y se puede empeorar. Los síntomas más conocidos del Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), además de una importante fatiga física que limita el desarrollo de las actividades habituales en más de un 50%, son la pérdida de la memoria y de concentración, dolor de garganta, inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello o las axilas, dolor muscular y articular sin causa aparente, dolor de cabeza, sueño no reparador y agotamiento extremo tras un esfuerzo no necesariamente intenso que dura más de 24 horas.

La Fibromialgia (FM) es una enfermedad crónica caracterizada por dolor musculoesqueletico generalizado y fatiga. La FM consiste en una anomalía en la percepción del dolor acompañado en ocasiones de rigidez generalizada sobre todo al levantarse por las mañanas, sensación mal delimitada en manos y pies como hormigueos en ambas manos en forma difusa. No se conoce la causa de esta alteración pero se piensa que hay muchos factores implicados.

La enfermedad no tiene cura definitiva por lo que el objetivo del tratamiento esta basado en mejorar el dolor y tratar los síntomas acompañantes intentando mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad.

¿Enfermedad maldita o desconocida?

A lo largo de la historia muchas enfermedades han sido consideradas como malditas. El desconocimiento de la enfermedad, la falta de tratamiento, la espectacularidad de algunos síntomas y la incomprensión social convirtieron la lepra, la sífilis, la locura, la epilepsia, y otras muchas, en motivo de rechazo social; más recientes enfermedades como el cáncer o el SIDA han sido también “tabús” para nuestra sociedad.

Desde 1991, el síndrome de fatiga crónica, también conocido como encefalomielitis mialgia, está clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como G93.3.  Se define como enfermedad orgánica, multisistémica  y crónica.

Socialmente puede resultar difícil comprender que un paciente presente un grado de fatiga diario, crónico, persistente, que le límite para el desarrollo de actividades básicas de la vida diaria. Muchos de estos pacientes no pueden salir a pasear normalmente, no pueden desarrollar una vida laboral activa, tienen dificultades para tareas habituales, problemas de concentración y memoria.

La mayoría de ciudadanos ha sufrido a lo largo de su vida un cuadro vírico. Esa sensación de postración, malestar por la fiebre, dolor de garganta con inflamación de ganglios, dolor muscular y de articulaciones. Es un clásico la frase de “tiene un gripazo” y todos comprendemos lo mal que se encuentra la persona afectada. Los pacientes con síndrome de fatiga crónica persisten de forma continua con todos esos síntomas de “gripazo”. ¿Por qué socialmente estos pacientes son habitualmente incomprendidos?

El desarrollo de la psiquiatría en los últimos lustros ha permitido una gran evolución de esta especialidad. Socialmente la aceptación de este grupo de enfermedades ha aumentado y se aceptan los diagnósticos de depresión, ansiedad, compulsión con relativa naturalidad y comprensión. Persiste la “necesidad” social de atribuir a la depresión todo aquello para lo que no existe una clara explicación o resulta difícil de entender. Así pues, es común la frase “será de los nervios o estará deprimida” al referirse a pacientes con síndrome de fatiga crónica.

Desde las Unidades Especializadas en el seguimiento de pacientes con síndrome de fatiga crónica, desde las asociaciones de pacientes afectados por esta enfermedad, pero también desde los organismos gubernamentales se debe exigir un sobreesfuerzo, aún en época de crisis y de limitaciones económicas, para un mejor control, seguimiento, diagnóstico y difusión de esta enfermedad.

Dr. Jordi Robert, Coordinador de la Unidad de Fibromialgia y Fatiga Crónica del H. Universitari Quirón Dexeus.

Unidad de Fibromialgia y Fatiga Crónica