Las vacunas enseñan al sistema inmunitario (defensas naturales del organismo) a defenderse contra una enfermedad. Al administrar la vacuna a una persona, el sistema inmunitario reconoce los fragmentos de la bacteria contenidos en la vacuna como «extraños» y fabrica anticuerpos contra ellos. En ese instante, el sistema inmunitario tendrá la capacidad de producir anticuerpos más rápidamente cuando se vea expuesto a la bacteria, lo que ayuda a la persona a protegerse contra la enfermedad. La vacuna Prevenar 13 tiene pequeñas cantidades de polisacáridos (un tipo de azúcar) extraídos de la cápsula que envuelve la bacteria Streptococcus pneumoniae. Estos polisacáridos posteriormente se unirán a un portador para que el sistema inmunitario los reconozca mejor.
La mayoría de las infecciones neumocócicas son leves pero algunas pueden ser mortales, sobretodo en los adultos mayores de 65 años o grupos de riesgo. La neumonía neumocócica provoca la muerte en una de cada veinte personas que la contraen. La bacteriemia neumocócica causa la muerte en una de cada cinco personas que la contraen. Y la meningitis neumocócica lleva a la muerte una de cada cinco personas contagiadas.
Los grupos de riesgo en el adulto son los siguientes:
- Personas adultas de 65 años o más.
- Personas con afecciones crónicas.
- Personas con el sistema inmunitario debilitado por enfermedades o medicamentos (inmunodeprimidas).