El ictus se define como un trastorno brusco del flujo sanguíneo cerebral que altera de manera transitoria o permanente la función de una determinada parte del cerebro. Es un término que procede del latín y quiere decir “golpe”, su utilización fue propuesta por el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV) de la Sociedad Española de Neurología (SEN) para referirse al infarto cerebral, hemorragia intracerebral y subaracnoidea.
La artrosis es una enfermedad compleja que, a día de hoy, afecta a nada más y nada menos que el 30% de la población española. Es más prevalente en las mujeres y cuya incidencia aumenta con la edad y suele ir asociada a la vejez, siendo sus determinantes la edad, el sexo y la obesidad.
Una alimentación inadecuada puede causar deterioro en el corazón y los vasos sanguíneos o alterar sus funciones. El consumo de calorías excesivas, y la obesidad como consecuencia puede, por si solo ser un factor de riesgo cardiovascular. Pero hay más cosas en nuestra alimentación que pueden alterar nuestra salud como: un consumo elevado de grasas saturadas, proteína animal, sal e hidratos de carbono refinados, así como un bajo consumo de frutas y verduras.