El aumento de la obesidad a nivel mundial, es la consecuencia de la baja actividad física y de una dieta rica en calorías y grasas saturadas. Estos factores hacen que aumente la prevalencia de enfermedad metabólica hepática por el aumento de grasa. Las formas clínicas de la enfermedad, van desde una esteatosis simple al inicio hasta una inflamación del tejido hepático como la esteatohepatitis no alcohólica. Esta última, conlleva a un aumento del riesgo de cirrosis y hepatocarcinoma.